Podría decirse que el juego es casi un instinto con el que nacemos los seres humanos.
Jugar sirve para vivir en equilibrio, aprender y constituirse en un sujeto activo, capaz de crear.
Un niño que juega es un niño que ama la vida, que entiende y tolera situaciones difíciles, que ama a quienes le rodean, es un niño que sonríe y es feliz.
El juego es una oportunidad que tenemos los adultos de pasar un buen rato y de aprender de esa capacidad que tienen los niños de disfrutar y admirarse con las cosas simples.
1 comentario:
Preciosa....
Eres una chica increible...
gracias por estar ahi con un abrazo siempre...
Te quiero mil...
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